El departamento del Tolima se encuentra en alerta máxima debido a un brote de fiebre amarilla que ha cobrado la vida de 12 personas y ha dejado 29 casos confirmados.
La situación, que inició en el último trimestre del año pasado, ha llevado a la Secretaría de Salud departamental a solicitar acciones articuladas a todas las entidades que conforman el Consejo Departamental del Riesgo.
A pesar de que se han vacunado a 49 mil tolimenses en la zona afectada y en el cerco epidemiológico, la secretaria de Salud, Katherine Rengifo Hernández, describió la situación como "difícil". Dentro del Plan de Contingencia que se ejecuta, se contempla la vigilancia continua, el control de vectores, la prestación con calidad de los servicios y el seguimiento a las EPS para que lleguen con la vacunación a los lugares donde se requiere.
El sector salud ha recibido el respaldo de otros sectores como seguridad, economía, cultura, turismo y movilidad, quienes se han comprometido a aunar esfuerzos para proteger a la comunidad. El gobernador (e), Alexander Castro, hizo un llamado a todas las autoridades a no bajar los brazos y destacó el compromiso de las secretarías, quienes han presentado avances en sus compromisos.
"En este reporte realizado se hicieron los requerimientos que tienen fuerza de ley. Damos un parte de trabajo y un llamado de atención para continuar con la tarea porque aún estamos en emergencia sanitaria", indicó Castro.
El brote se presenta en los municipios de Cunday, Prado, Villarrica y Purificación, y las autoridades han intensificado las acciones para contener su propagación y proteger a la población.