En medio de la creciente preocupación por el brote de fiebre amarilla que azota al departamento del Tolima, la capital, Ibagué, ha protagonizado un hecho alarmante: puestos de vacunación cerrados en la terminal de transportes y el aeropuerto. Así lo denunció la secretaria de Salud del Tolima, Katherine Rengifo, quien expresó su indignación ante esta situación en plena emergencia sanitaria.
"Esto no puede pasar. Los puestos deben estar abiertos de forma permanente", enfatizó Rengifo, quien además exigió que no solo haya personal en los puntos de vacunación, sino que también se promueva activamente la importancia de la vacuna. La funcionaria destacó que se han desplegado esfuerzos en todos los municipios afectados, evaluando estrategias y trabajando en conjunto con el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Salud.
Rengifo fue enfática en señalar que Ibagué, como municipio certificado, tiene la responsabilidad de garantizar la red hospitalaria para pacientes con fiebre amarilla, evitar la sobreocupación en el Federico Lleras y asegurar el funcionamiento de los puestos de vacunación.
Además, la secretaria de Salud recordó que esta no es una problemática exclusiva del sector salud, sino que requiere la articulación de todos los sectores. En ese sentido, se refirió a la necesidad de trabajar con líderes religiosos para llegar a comunidades donde existen creencias que impiden la vacunación, así como la importancia de que hospitales, colegios y el ICBF notifiquen los casos de niños no vacunados.