
El miedo se apoderó de los alrededores del Complejo Carcelario y Penitenciario de Ibagué (Coiba) de Picaleña, luego de un nuevo y grave ataque contra sus instalaciones. El pasado domingo por la noche, un explosivo tipo granada fue arrojado desde el barrio Villas de Guaralá hacia una de las zonas de acceso del centro penitenciario, conocida como Guyanas.
Afortunadamente, el artefacto no detonó, lo que evitó una tragedia. Personal de las fuerzas de seguridad acordonó el área y procedió a la detonación controlada del explosivo.
Este ataque, que se produce días después de que la garita de un dragoneante fuera impactada por disparos, forma parte de una escalada de violencia nacional contra el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC).
Según reportes oficiales, en los últimos días se han registrado al menos seis atentados, dos funcionarios asesinados y otros dos heridos en diferentes cárceles del país, además de un caso de sicariato en Cali.
Ante la creciente amenaza, las autoridades reforzaron la seguridad en el Coiba y en otros centros penitenciarios, al tiempo que intensifican las investigaciones para dar con los responsables. Este patrón de ataques ha encendido todas las alarmas en el sistema carcelario, pues demuestra la vulnerabilidad del personal de vigilancia ante la arremetida de grupos criminales.