
La cistitis, una de las infecciones más comunes en la población femenina, afecta al menos a la mitad de las mujeres en algún momento de su vida. Aunque se trata de una condición frecuentemente asociada con la necesidad de antibióticos, expertos en salud señalan que la prevención se centra, en gran medida, en revisar y corregir ciertos hábitos cotidianos que, sin saberlo, la promueven.
Síntomas como la necesidad constante de orinar, ardor, dolor abdominal bajo e incluso la presencia de sangre en la orina, alertan sobre una inflamación de la vejiga. La razón por la que es más frecuente en mujeres es la anatomía: su uretra es más corta que la de los hombres, facilitando el ascenso de bacterias hacia la vejiga. A pesar de que esta característica no se puede cambiar, sí es posible modificar otros factores de riesgo.
Una de las principales recomendaciones es dejar atrás el mito de no sentarse en los baños públicos. Esta costumbre lleva a posturas inadecuadas que impiden una correcta relajación de los músculos pélvicos. No sentarse bien y no evacuar completamente la vejiga deja un residuo de orina que contiene bacterias, las cuales tienen más tiempo para proliferar y causar una infección. Expertos sugieren sentarse por completo, incluso en baños públicos, y bajar la ropa hasta los tobillos para asegurar una micción completa.
Además, es crucial no aguantar las ganas de orinar. Se recomienda ir al baño cada tres horas para evitar que las bacterias se acumulen en la vejiga. Otros factores que pueden influir en la aparición de cistitis son el bajo consumo de agua, el estreñimiento y la resequedad vaginal, esta última común en la menopausia.

La automedicación: un riesgo latente
El manejo inadecuado de la cistitis, especialmente a través de la automedicación, es un problema común que empeora la situación. Muchas mujeres, al experimentar una primera infección, recurren a antibióticos que les funcionaron antes, ignorando que el uso recurrente e inapropiado de estos medicamentos puede llevar a la resistencia bacteriana. Por esta razón, la consulta médica es indispensable.
La cistitis no debe minimizarse, ya que si no se trata correctamente, puede tener complicaciones graves. La infección puede ascender a los riñones, causar amenazas de aborto o parto prematuro en embarazadas, o complicar el tratamiento en pacientes con diabetes. Por lo tanto, es vital buscar la supervisión de un profesional de la salud.
Para aquellos que consideran suplementos naturales como el arándano (cranberry), los expertos advierten que su efectividad no se encuentra en el jugo o la fruta, sino en concentraciones y dosis específicas que deben ser prescritas y supervisadas por un médico.



