La Fiscalía General de la Nación ofreció un escalofriante recuento de los trágicos sucesos que culminaron en el homicidio de un miembro de la Policía en Carmen de Apicalá, Tolima, durante la audiencia de medida de aseguramiento de los presuntos responsables.

La fiscal a cargo del caso pintó a la víctima como "un ser humano, un joven" cuya angustia por recuperar su motocicleta sustraída lo llevó a "tomar medidas tan desesperadas como era pedir prestado a su papá, a su vecina" con la esperanza de pagar un supuesto rescate por su bien.

La representante del ente acusador hizo hincapié en la indefensión del policía y la "facilidad alarmante con la que estas organizaciones criminales acceden a armas y municiones", resaltando la grave amenaza que esto representa para la seguridad ciudadana.

De acuerdo con la investigación de la Fiscalía, el patrullero, perteneciente a la Policía de Girardot (Cundinamarca), fue ultimado el 24 de noviembre de 2024, en la vereda Charco Alto de Carmen de Apicalá (Tolima). El fatal encuentro ocurrió cuando el oficial acudió a una cita con la ilusión de recuperar su motocicleta robada. La fiscal subrayó que en este brutal acto "se vulneró un derecho fundamental como lo es la vida, así como el patrimonio económico de este ciudadano, la seguridad pública y, además, se afectó la salud pública".

Tres individuos, identificados como Carlos Andrés Merchán Aya, Cristian Andrés Niño Perdomo y Duvan Esteban Rivas Reyes, fueron formalmente acusados ante la justicia por su presunta participación en este atroz crimen.

A los tres procesados se les imputaron los delitos de homicidio agravado; fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones; hurto calificado y agravado; y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.

A pesar de la gravedad de las acusaciones presentadas por la Fiscalía, ninguno de los imputados aceptó los cargos durante la audiencia.