Un escandaloso incidente ha conmocionado a la comunidad educativa del Colegio Nuestra Señora de Fátima, una institución adscrita a la Policía Nacional en Ibagué. Durante la celebración del Día de la Madre el pasado miércoles 28 de mayo, lo que prometía ser una jornada de alegría se tornó en una pesadilla: un cantante contratado para el evento es señalado de presunto abuso a un menor dentro de las instalaciones.
Según la denuncia de una madre de familia, el artista habría ingresado a uno de los baños de la sección de primaria, donde se encontraba un niño de grado sexto, y le habría pedido al menor que tocara sus partes íntimas. Este gravísimo hecho ha generado una ola de indignación y preocupación entre los padres de familia.
La madre denunciante expresó que ya son varias las ocasiones en que se presentan situaciones irregulares en el colegio, a pesar de contar con la presencia de comandos y oficiales de la Policía del departamento y la ciudad. Subrayó que los protocolos de seguridad son mínimos y que hay una preocupante tendencia a encubrir este tipo de sucesos.
Recordó que el año pasado se denunciaron presuntas relaciones amorosas entre docentes y estudiantes de grado 11, sin que se tomaran acciones contundentes.
Los padres de familia exigen una investigación exhaustiva y transparente por parte de las autoridades.
Lamentan la falta de protocolos de seguridad adecuados y la dificultad para confiar en una institución donde, según sus palabras, los profesores hacen lo que quieren. El temor a represalias ha llevado a que muchos padres prefieran no exponer sus rostros y voces, pero insisten en que la situación no puede ser silenciada.
El presunto agresor sería un artista que fue contratado por el colegio para animar el evento de celebración. El caso ha sido puesto en conocimiento de las autoridades competentes para que se adelanten las investigaciones necesarias y se establezcan las responsabilidades correspondientes.
La comunidad educativa hace un llamado urgente a la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, y a los comandantes y oficiales de la Policía, para que prioricen este asunto, den a conocer públicamente lo sucedido y dejen de encubrir los hechos, garantizando la seguridad y el bienestar de los menores en la institución.